El horno eléctrico es uno de los aparatos que más energía consume en el hogar. Un modelo pequeño con grill puede requerir alrededor de 3.000 watts, mientras que uno de gran tamaño, empotrado en la pared, puede llegar hasta los 10.000 watts.
También se destacan el lavarropas y el lavavajillas, ambos con consumos cercanos a los 3.000 watts cuando calientan agua de manera interna. En cambio, si el lavarropas se utiliza con agua fría, el consumo se reduce considerablemente a unos 300 watts. Por eso se recomienda programar los ciclos de lavado con agua caliente en horarios de menor demanda eléctrica, como por la mañana o por la noche.
El termotanque eléctrico, el aire acondicionado, la plancha a vapor y la freidora eléctrica también figuran entre los equipos de mayor consumo. En particular, el aire acondicionado representa un desafío en verano: a 24°C puede consumir unos 2.000 watts, pero si se lo programa a temperaturas más bajas (como 18°C), puede permanecer encendido el 90% del tiempo, incrementando el gasto significativamente.
Otros electrodomésticos que, aunque pequeños, consumen más de lo esperado son la cafetera eléctrica, la jarra eléctrica, la wafflera y la tostadora, todas con consumos cercanos a los 800-900 watts.
En contraposición, los dispositivos electrónicos y electrodomésticos menores, como televisores LED, computadoras portátiles, routers WiFi, lámparas de bajo consumo, batidoras o radios, tienen un impacto prácticamente insignificante en la factura eléctrica, con consumos que oscilan entre 6 y 100 watts.
Top 10 de los electrodomésticos que más consumen energía:
- Horno eléctrico: hasta 10.000 watts.
- Lavarropas (con agua caliente): hasta 3.000 watts.
- Lavavajillas: hasta 3.000 watts.
- Termotanque eléctrico: entre 2.500 y 3.000 watts.
- Aire acondicionado: 2.000 watts (a 24°C).
- Freidora eléctrica: 2.000 watts.
- Plancha a vapor: hasta 2.300 watts.
- Cafetera eléctrica: 900 watts.
- Jarra eléctrica: 900 watts.
- Wafflera / Tostadora: alrededor de 800 watts.
Mientras que los dispositivos electrónicos cotidianos apenas impactan en la factura, cocinar, lavar o climatizar requiere mayor atención. Ajustar hábitos, elegir el momento adecuado para usarlos y priorizar la eficiencia no solo permite ahorrar dinero, sino que también ayuda a reducir la huella ambiental. Pequeñas decisiones diarias pueden transformar el hogar en un espacio más sustentable y eficiente.
